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Planteamiento
Es común en muchas de las conversaciones que tengo con amigos y conocidos que el tema emprendimiento, independencia financiera, trabajo remoto o nomadismo digital sean protagonistas, sobre todo en los últimos 2 años. Todo esto viene por el hecho de que muy pronto cumpliré 6 años de no trabajar en una empresa bajo el modelo tradicional de contratación, y poco más de 3 años de haber emigrado de mi país natal. Sin embargo, creo que todo se resume en el título de esta historia, cuándo es el momento apropiado, cuáles son las circunstancias más favorables, qué tengo que tener o con cuánto dinero debo disponer, a continuación mis reflexiones al respecto.
¿Qué es la zona de confort?
Es importante destacar que, por naturaleza humana, nos condicionamos para intentar en todo momento, evitar las amenazas que puedan atentar contra nuestra existencia. Y por esta razón, buscamos siempre acercarnos al placer y alejarnos de los riesgos.
Es así como llegamos por naturaleza a estados de comodidad (comfort/confort) e incomodidad ya sea física o mentalmente, con respecto a las situaciones que vivimos a diario.
El miedo es el principal factor que nos afecta a la hora de querer expandir, o salir de nuestra zona de confort, por genética, le tenemos miedo a lo desconocido.
Ahora bien, esto no significa que permanecer dentro de nuestra zona de confort esté mal. Sin embargo, si alguna vez quieres superar tus expectativas y llegar a mejorar de manera asombrosa, sin duda, tendrás que expandirte, para lo que tendrás que salir de lo seguro y adaptarte a nuevas vivencias.
En la mayoría de los casos no se trata ni siquiera de emprender un negocio, o renunciar a tu trabajo, sino incorporar tareas, actividades, retos y desafíos que te permitan estar mucho más motivado, conocer tus límites, saber que tan sólido es el suelo donde te encuentras y hasta donde eres capaz de arriesgar a nivel profesional y a nivel personal.
¿Por qué es tan común ahora hablar de la zona de confort?
Vivimos la era digital, donde la tecnología se transforma en un poderoso catalizador, facilitador y amplificador, pero es evidente que el factor humano seguirá jugando un rol destacado y central.
Como escribe Gilles Lipovetzky, “La época en que vivimos está caracterizada por una poderosa e irresistible tendencia a la unificación del mundo. La fuerza más intensa que trae Internet es la posibilidad de que cada persona con acceso a ella abra una ventana al planeta.”
De alguna u otra manera todos queremos formar parte de esto, así que replanterarnos nuestra situación de vida, lo que hacemos y por qué lo hacemos es inevitable, y es allí cuando nuestro cerebro empieza a formular todas las preguntas que mencioné al inicio.
¿Cuándo es el momento apropiado, cuáles son las circunstancias más favorables, qué tengo que tener o con cuánto dinero debo disponer?
Mi experiencia
Con ejemplos todo siempre es más claro.
Me encontraba trabajando para un grupo empresarial, graduado de informático y con varios cursos realizados, con la posibilidad de crecer dentro de la empresa hacia posiciones administrativas y gerenciales. El ambiente laboral era bueno y el ingreso competitivo, además colaboraba en la creación de contenidos y evaluación de proyectos junto al equipo de un instituto de adiestramiento en el área de diseño y desarrollo web, a simple vista todo parece estar en su sitio, la estabilidad y la rutina se respira en el ambiente.
Pero como mencioné antes, somos una generación inquieta, ávida de ir por más y debo aclarar que el impulso y la motivación no puede ser el dinero, no podemos olvidar que el dinero es solo un medio no un fin. Esto se trata de reinventarse de cambiar mucho o progresivamente, tal como lo define el ciclo Lean Startup de crear, medir y aprender.
El momento apropiado sólo lo decides tú, las circuntancias nunca serán perfectas ni como las deseamos, el capital acumulado nunca será suficiente así que aunque suene poco alentador es una realidad que debes interiorizar. Nunca sabremos hasta donde puede llegar nuestro éxito ni nuestro riesgo, pero eso no quiere decir que no lo intentemos por un tiempo, darnos la oportunidad de medir nuestros riesgos y nuestra experiencia, aprender y continuar avanzando.
¿Hay sacrificios? Sí, ¿hay momentos difíciles? Sí, pero que sería la vida si todo fuera color de rosa, como he comentado en otras publicaciones debemos aprender a valorar nuestro esfuerzo y disfrutar de cada pequeña victoria, sólo nosotros sabremos lo que significó obtenerla.
Recomendaciones
¡Simplemente inténtalo! Siempre tenemos la posibilidad de elegir, así como de aprender algo nuevo cada día que pasa.
Me gusta pensar y trasmitir que la zona de confort no se trata del trabajo, de si eres empleado, emprendedor o profesional independiente, creo que se trata del estilo de vida que llevas, de la forma en que vives tu vida más allá de donde provengan los ingresos que te sirvan para mantenerte relativamente cómodo, pero con la firme convicción de que llegar a la cima es simplemente para ver la próxima cumbre que debes ascender, donde la adaptación a los cambios, el autoaprendizaje, la resiliencia, el autoestima, la perseverancia y la pasión por lo que haces tiene el combustible suficiente para levantarte cada día a dejar una huella positiva en el tiempo y espacio que tenemos.
Conclusión
Quizás se trate de comprender que nuestra zona de comfort es en realidad esta gran esfera azul y que somos nosotros mismo los que nos empeñamos en crearnos burbujas donde nos sentimos cómodos y sin riesgos aparentes.